lunes, 23 de febrero de 2009

Alfredo Ariel Carrio de la Vandera

“Bandera de un viejo Piano”




(...deberìa existir una forma

de limpiar y desinfectar las palabras....) JOYCE.=




El pianista que ejecuta los himnos nacionales es rengo

y las telarañas de una clave de sol le muerde los zapatos .=


Acomodado como un timòn mueve la cabellera y su caspa

se diluye sobre las notas que ya ni se emocionan

ni por los himnos ni por la pobre patria .=


Digo, te diría amor que a mi tampoco me agrada el queso sardo

ni los olores de los encuentros sin abrazos .


El invierno cae sobre la higuera de los que sobreviven

y en un cajón del frìo guardo adioses de mujeres que me soportaron .=


Aparte del piano ,del hombre y de la caspa

està la tristeza innecesaria de los pueblos abandonados

donde nada pasa ni un tren con su lechuza de los años .=


No es audible aùn una canción de exiliados

con su ejèrcito de sorbos

y sus manìas de fogón libertario .



Reconozco que no existe maldición en desarraigos .



Amo los pianos de la lluvia

y la gargantas sorprendida de las gotas

y los sueños que tienen los gemidos

en los techos que duermen para siempre

en garúas que no vendràn a visitarnos màs .=



Al pianista le cortaron las manos.


A los himnos los ahogaron en feroces silencios

trepando al desencanto.



Es verdad que no me gusta el queso sardo

ni la primavera atravesando augurios

ni la vida perdurable, joder.


Debe existir una bandera para un viejo piano,

una misión donde podamos desintoxicar el canto

y olvidarnos de insolentes pàramos.


No està demàs de vez en cuando

inventar nuevas mentiras

para una promesa terminal .

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