lunes, 9 de marzo de 2009

Tito Rosales

No te esperaba, no te encontré, nada pasó,
sigue igual todo pero diferente, mi espalda no es tan curva,
los niños me tiran menos piedras, o al menos más suaves,
mis pies van un poco más derechos, en el camino, errabundos.
Mis manos con menos grietas, ya puedo traer un bordón,
mis ojos traen ya pañuelo, miro menos distante.
El final está cada día a la vuelta de uno mismo, ¿y qué?
Me retrato cada día para recordar cómo era y no verme más en lo venidero,
aún no hay cámaras para eso.
En resumidas cuentas... te estimo.



Tito Rosales
Culiacán, Sinaloa

Texto leído el 9 de marzo en Mercado Garmendia.



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