jueves, 18 de septiembre de 2008

Eduardo Olivares

Foto de Miguel Ángel Andrade http://wezophoto.carbonmade.com/

Poemas misóginos, misántropos, de colores


Para Gotfred Benn
in corpore putrex


I

Te apuesto algo.
Casi podría poner mi cabeza
Y todos sus pelos chinos
En juego. A que no lo sabes
Ni siquiera lo intuyes. Ni estás preparada
Para ello. ¿Pero cómo podrías estarlo?

Si estás estupidizada
Bajo esas toneladas de maquillaje. Bajo tu necesidad
Eterna de masturbar al fracaso total.
Bajo la ficción de tu misterio. Que el sabio sabe
Sólo vacío. Mente-menjurje,
Perra-ocio, Pechos-muerte.

II

¿Alguna vez has visto cómo se destripa
a un humano vivo? ¿Has visto cómo le crujen
las entrañas humeantes y la sangre
le crepita mientras un largo aullido
recorre la cara siniestrada,
ahíta de espasmos
gorda de dolor?

¿Alguna vez has tomado tu cara
entre tus manos
para sentarte con su congoja y sus ríos de sal
queriendo haber sido mariposa-pozo, coneja-canela,
extraterrestre-somnífero, todo, todo, y cualquier cosa
menos un ser humano?

III

¿Alguna vez has maldecido el vacío estúpido
del cielo, abjurado de tus sentidos, renegado
de tu dios que es tu misma conciencia inútil, alguna vez,
sólo una vez?

¿Sabías que se puede prolongar el fallecimiento
de un desollado
si coses una y otra vez las heridas y si le das de nuevo
sangre y agua y algunos golpes precisos en el cuerpo,
con ritmo, paciencia y perfección?

¿Alguna vez te has dormido delante del volante, pensando en
los inviernos malayos que se comen a los vegetales,
que guardan el secreto de miles de cadáveres,
que a veces cobijan flores de extraños pétalos
con la forma de sueños podridos?

IV

Pero ¡qué vas a saber de eso!
Si sólo tienes tu sexo pegado
A la próxima venta nocturna. Las cosquillas
De tu cola te enfilan hacia tu próxima víctima:
La puta que envidias o la cartera que idolatras.

Sólo acentúas la necedad de tu sociedad
Vulvocéntrica, la molicie de tus faldas breves y tus deseos
De excitar a tu eterna y lasciva, ingenua, contraparte:
Das brincos de satisafacción en la frustración ajena
En la vastedad de tus borregos de verga enhiesta.

Produces vida y entonces produces muerte.
Nadie como tú para llenar los mares de plasma
Y vómito. Nadie para engañar con tus caricias de salamandra.
Nadie como tú para hacer llorar a las mismas piedras.

V

‘Y vendré a destruir las negras-obras de las mujeres’
Dijo Jesús en los Evangelios Amarillos Perdidos.
‘Y les enseñaré a escribir la Nueva Poesía, la que está roja-tinta en Nuevas Entelequias’
‘Y no tendrá ya jamás el tufo verde-gonorréico de las Hijas de Eva’
‘Y sabrán que un agujero y dos tetas no hacen la deseada
Primavera-Blanca’
‘Y buscarán nardos-violáceos en donde una vez hubo cenizas’
‘Y llorarán hacia adentro con lágrimas yertas-azules, buscando la resurreción
de su hígado

que es la Fuente Verdadera de Todo Conocimiento’

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