jueves, 4 de septiembre de 2008

Ensayo sobre el Fusionismo



Fusionismo
Por: Alejandro Esparza Farías y Espinosa

Las diversas corrientes conceptuales se reúnen en sí mismas dentro de géneros y estilos desde donde enriquecen ya no nada más el formato o el contenido, sino que complementan entre sí las analogías que son pertinentes para involucrarse mutuamente en un proceso de desarrollo del que son co-dependientes. A partir entonces de estas características, se va conformando una corriente que define la estética generalmente de la que forma parte, le reinterpreta o construye. De tal manera que se conforma un loock. ¿Qué es el loock en esta temática?: la imagen, el modo y las formas. Las formas en el arte habrá que entender en primera instancia que se entienden desde diferentes perspectivas. Me refiero a que al hablar de las formas nos concentramos habitualmente en la estructura o anatomía, es decir también en el formato. Pero debemos concentrarnos en definir que una forma por su naturaleza, hablará en primera instancia de un cliché. Un cliché es una representación consabida de una imagen mejor dicho característica que se refiere a un concepto, conducta o sentimiento.

Antes de indagar sobre los contenidos que conforman el concepto, debemos saber que existe la necesidad de elaborar una síntesis de los resultados concretos que se buscan en el proceso de creación. Ello definirá en el transcurso de la observación y análisis nuestra manera de interpretarlo, y posterior a ello asistirá en el posterior entendimiento de la relación entre género y estilo de tal forma que podremos ubicarlo como un objeto ya creado como ente propio del fenómeno del arte. Pongo un ejemplo; yo trabajo sobre un montaje escénico determinado: debo entender primero la tesis del autor, sea yo mismo u otro. Posterior, debo elaborar un objetivo encauzado a que mi interpretación genere determinada concepción general de aquello que busco expresar integralmente por medio de un lenguaje concreto y digerible, relacionando la meta concepto del autor original, con mi propia visión. Y, el paso que vendrá adelante será el de fijar entonces la manera de generar la consecución de las ideas e imágenes o sentimientos que coadyuven a crear una catarsis inicial que será la que transformará todos los elementos para conjuntar lo que vamos a definir siempre como la concepción de un mensaje o idea frontal que será una proyección del universo que percibimos. Es decir, Hegel por ejemplo, antepone la Tesis de la Antítesis para que se de cómo resultado la Síntesis. ¿Qué es esto?, nada más y nada menos que una manera de fusionar dos resultantes para generar un concepto, siendo en sí mismas las anteriores dos conceptos que generan una resultante. Pero en el manejo de nuestras herramientas a través de la metodología aplicada, lo único que habremos encauzado es un mecanismo de acción que define a las tres partes como mismas y a la par, diferentes para y con respecto a su significado. Porque buscamos un nuevo significado, o un elemento que nos renueve las ideas y la manera de desarrollarlas para hacerlas tangibles. Tal vez re interpretarlas.

La situación se convierte entonces en un entre cruce de líneas en cuya punta figuran una flecha cada una que oscilarían entre si mismas, hacia dentro y afuera, arriba y abajo, para confrontarse sostenidas por un solo punto en común, -no hablo de manecillas-; que sujetarían al punto en el centro de sí mismas, hablo de un punto en cualquier parte, pero en común. Este punto en común, es la búsqueda desde la hipótesis de algo que genere como resultante una respuesta práctica.




Objetivos en el Arte

Continuamente hablamos de que el arte como fenómeno de expresión debe aspirar a lo sublime. Siendo así, habrá que tener en claro nuestra idea de la belleza. Para ello habremos de fijarnos los objetivos, y estos no son otra cosa que aquellos factores que buscamos como indispensables para lograr desarrollar las cualidades del material que está en nuestras manos, estas cualidades ya existen entonces como estructura natural de este material. Lo vamos a tomar entre nuestras manos, lo vamos a adaptar, a reestructurar y decodificar. Una vez hecho todo esto, lo que quedará será una masa deformada desde nuestra perspectiva, pero es necesario si es que aspiramos a re construir más allá de lo que teníamos con nosotros a la hora de la definición del qué. Desde luego, la esencia de ese material nunca quedará destruida y eso es lo que de entrada habremos de entender, y si es que somos éticos en nuestro proceso de creación, será lo único que quedará indemne. ¿Cómo es esto? El creador toma una fuente (material) para construir a través de él. Esta fuente es inmaterial pues puede ser intangible y es nuestro contexto de quien nos la atribuimos. También la fuente puede ser ya tangible, procesada por alguien más en otro tiempo y momento, o por nosotros mismos. La cuestión es que al momento de tomarla en nuestra visión, iniciaremos con ello un proceso ya antes citado pero en el cual habremos de respetar siempre la concepción inicial de aquello que nos la facilitó para nuestra genial inspiración. Aplicando nuestra idea de ética personal y profesional con respecto a lo que está formulado por algo o alguien más. No se qué tan claro esté siendo en esta exposición, pero la idea básica es que debemos respetar la propuesta de el autor anterior a nosotros en el caso este que sea, insistiendo en que a veces ese autor anterior podemos ser nosotros mismos.

Una vez iniciado el procedimiento metodológico anterior al que bautizaremos como Punto Introductorio, entramos entonces al Punto de Conflicto. La etapa del Punto Introductorio ha sido muy desgastante por lo general y en tanto que ha implicado un choque frontal de ideas propias y ajenas hemos logrado finalmente desfasar las cualidades de aquel material, de tal forma que lo pusimos ya en medio del cristal caleidoscópico desde el cual podemos ejercer la facultad de observarlo desde diferentes perspectivas. Aquí, empieza el verdadero trabajo del artista-creador, pues la confrontación ya no solamente será con una interpretación, sino con múltiples facetas de una misma especie, y aquí es donde, en el espectro del Fusionismo, habremos de acarrear todas las metodologías concernientes para elaborar un solo estilo definido. Nace ciertamente el Punto de Conflicto de la necesidad de poder contextualizar todas las visiones en una sola emisión de lenguajes que no se contraponen, sino que unifican las características de los elementos que conforman nuestra materia, teniendo muy en cuenta que en sí, la Fusión aún no está dada, sino que estamos en el transcurso de decidir en base a qué, quién y porqué, habremos de tomar tal o cual decisión con respecto al Género y Estilo en el que definiremos finalmente nuestra obra creacional.

El Punto de Conflicto es una estación delicada en la que debemos observar hacia todas partes y direcciones nosotros también, sin perder de vista aquello que tenemos en el cristal caleidoscópico. Vienen hacia nosotros diversas interpretaciones de un solo concepto, de entrada. Nos sumergimos en la historia, en las características, en la física, en lo cuantitativo y en lo cualitativo. Nos referimos hacia los géneros abstractos y concretos de la misma forma en que asistimos a diferentes escuelas para absorber tendencias. Orientamos nuestra atención hacia las teorías y las formas, exploramos en los contrastes y en los contenidos, vamos en fin, encaminando a nuestra mente hacia caminos que no sospechamos siquiera lejanamente si deberán ser iluminados o no, de tal forma que acaece sobre nosotros una atmósfera de vertiginosidad en medio de la cual simplemente nos perdemos cada vez más, porque por encima de todo aquello, está nuestra propia percepción de lo que queremos con ese asunto al que llamaremos Objeto de Creación. Así entonces, viviremos colapsados durante un período indefinido de tiempo en el que mientras nos perdemos y buscamos, la vida propia de este Objeto intentará también autodefinirse.

En medio de todo esto, volveremos a nuestros objetivos, para replantearlos en base primero a una re estructuración de los contenidos que ya se vieron enriquecidos y hasta sumergidos en un conflicto inmenso de pasiones e ideas múltiples y por medio de todo, finalmente lo único que hay que hacer de nueva cuenta es salirse del Punto de Conflicto, para entonces experimentarlo desde una perspectiva externa en la cual adaptaremos todo el bagaje adquirido para poder reformulado todo, desde cero. Aquí entramos ya en pleno a la etapa del Fusionismo. ¿Qué será para nosotros este proceso?, primero que nada, respondernos siempre a las preguntas más básicas, ¿qué es el arte y para qué es el arte? En este caso encontraremos nuevamente muchas opciones, pero la que habremos de adoptar será aquella definición que nosotros hallamos construido y no traicione desde luego los parámetros establecidos, puesto que el arte se nutre mutuamente de todas las perspectivas y tendencias, así como visiones. Habremos de establecer que uno de los objetivos del arte es la representación del mundo por el mundo a través de diversas metodologías que lo explican de igual manera desde diversos tintes y engomados. Según Sully, “el arte es la producción de un objeto permanente o de una acción pasajera, propias para procurar a su productor un goce activo y hacer nacer una impresión agradable en cierto número de espectadores o de oyentes, dejando aparte toda consideración de utilidad práctica”. Baudelaire dice: “El Arte no imita ni reproduce lo que existe en la Naturaleza, sino que la obra es el resultado de una organización subjetiva, de una visión interior. La obra de arte responde a una labor de idealización que transforma lo natural en –sobre natural-. [El Arte es una Mnemotécnica de lo bello; de donde la imitación exacta esconde al recuerdo]”, continúa en su Crítica del Arte, “Todo el Universo visible no es más que un almacén de imágenes y signos a los que la imaginación dará un sitio y un valor relativos; es una especie de pasta que la imaginación debe erigir y transformar. Todas las facultades del alma humana deben estar subordinadas a la imaginación, que las pone en requisitoria, todas a la vez. Al igual que conocer bien el diccionario no implica necesariamente el conocimiento del arte de la composición y que el arte de la composición en si mismo no implica la imaginación universal, así un gran pintor, es forzosamente un buen pintor porque la imaginación universal encierra la inteligencia de todos los medios y el deseo de adquirirlos”. Para terminar, agrego esta última cita del mismo poeta maldito; “¿Qué es el arte puro según la concepción moderna?, es crear una magia sugestiva que contenga al mismo tiempo al objeto y al sujeto, al mundo, al mundo exterior, al artista y al artista mismo”.

Dadas todas estas explicaciones en torno a los criterios prevalecientes de aquello que conforma finalmente el espectro de la creación misma, señalaremos que si el artista es el arte y viceversa, debemos contra actualizar las tendencias en pos de saber encontrarnos en medio de una macro visión, de lo cual desprenderemos en realidad y finalmente el formato real de nuestro género aplicado.

Sincretismo

Como elemento auxiliar de todo el proceso de creación, debemos adoptar la postura más idónea respecto a nuestra tendencia. Antes mencioné nuestro género aplicado, bien, al comentarlo me referí también a la tendencia. Estas son un resultado normal de nuestra contemporaneidad en la cual vivimos y escuchamos a la par de que ejecutamos diversas fases estructurales de la memoria en la cual subsiste el aprendizaje y los sentimientos y emociones. Por medio de la percepción, nuestra memoria ejecuta acciones orientadas siempre primero a escudriñar todo su contexto, luego almacena en si misma diversas formas, colores, -Esto lo comenta frecuentemente Baudelaire-, estilos, sentimientos y luces. Nos llena de contenidos que parten de la forma pero las abstracciones vuelan en torno a diversas facetas del universo, que trasciende entonces los sentidos para dejarse llevar por los impulsos más excelsos. O sea, atrae hacia el observador dueño de esa memoria, la primera sublimación, que en términos concretos, es siempre una aspiración entonces del arte. La sublimación es un tema muy interesante en este texto, porque habría que discernir que indiscutiblemente nos acerca a la estética y la estética siempre nos acerca a una idea de lo bello. Entonces bello y sublime, vendrían a ser complementos. Más sin embargo pienso que debemos ampliar en bien de nuestro trabajo dentro del arte estos conceptos de tal forma que partamos de situaciones más abstractas que no limiten las precisiones, de tal forma que aspiremos a una idea de lo bello o lo feo menos entendido en bueno o malo, aceptable o rechazable. Sino que dejemos a ambas polaridades como analogías respectivas dentro de un contexto complementario entre uno y otro.

Porque si insistimos en la idea de que el arte debe aspirar a ser una re interpretación del mundo y del universo, del objeto y del sujeto, hay que construir en base a menos prejuicio y más valor sustantivo.

A partir de estas exposiciones, he pretendido construir un ideario general alrededor de nuestra temática central que es la que nos va a ayudar a encontrar los elementos que construyen en sí el espectro de un género o tendencia, enmarcados forzosamente en un estilo de expresión. Por medio del Sincretismo encontramos la unión de vertientes que provienen en muchos casos de analogías, pero no hay que perder de vista que lo más interesante será generar una precisión basada en primicias antagónicas puesto que tal vez en ello estribe realmente la verdadera complejidad de nuestra tarea que será la de crear un objeto artístico determinado. Al hablar de complejidad es porque ya hemos discernido el amplio proceso metodológico al que hemos echado mano para lograr establecer no nada más definiciones, sino mecanismos concretos de acción que ya están determinados a construir un ente por medio de nuestras herramientas y nuestra propia inspiración e imaginación creativa. Para todo lo cual también habremos incluido la genealogía social estrictamente necesaria en la búsqueda de este género, del cual hay que mencionar que es también un objeto descriptivo del sujeto y de su entorno, por medio del sujeto.

El análisis de todos los postulados mencionados deben encaminarnos a la postre a una definición muy exacta y cautelosa, pero exigente al mismo tiempo; la apreciación y aplicación sin recelo de la Teoría de la Unidad de los Elementos, que es una resultante de nuestra disciplina. ¿A qué se refiere esto?, a una tarea muy simple, ya que el cristal caleidoscópico en el que habíamos depositado nuestro objeto, ya cedió a todas las fuentes. Ya convirtió en primicia todas nuestras necesidades interrogativas y a todas nuestras conclusiones. De aquí habremos de “enconizar” en sí, todo lo conformante de una hipótesis establecida de la que engendramos una tesis. Si volvemos al principio, basados en ella, en esta tesis, veremos por fin satisfechos muchos de nuestros esfuerzos, pero como ya estamos en la fase final, la que llamaremos Punto de Construcción y Definición, es donde deberemos ser mucho más objetivos pues se trata de unificar todo para un solo propósito, lograr la Unidad en el Concepto, esa terminología que utilizaba el mismo Baudelaire que ha sido recurrente en este escrito. Por medio de la Unidad sabremos que llegamos finalmente a la síntesis, de la cual se generó un estilo determinado que colaboró en la integración de un concepto genérico, al que llamamos entonces Fusionismo, ya que a través de éste en lo particular, habremos de ofrecer un significado estético hacia el consumidor del arte basado en esta tendencia. Nuestro Fusionismo Contemporáneo habrá sido también el resultado de un continuo análisis de nuestro entorno y decodificación del mismo, generando una estructura no precisamente ecléctica, sino que complementaria. Esto es diferente en el proceso, porque lo ecléctico más que fusionar, utiliza elementos de estilos variados los cuales se muestran en el objeto, identificándolos como entidades independientes. La fusión, nos da como contenido una estructura más sólida, identificada como una sola entidad al re interpretar en un mismo significado concentrado a todas aquellas líneas que giraban en varias direcciones y de las que hablamos varias cuartillas arriba. Esto es en sí, una forma estructural que renueva en su propia génesis todos los elementos confluentes de una mística más que alegórica, determinante. Por ello el Fusionismo habrá de entenderse como el resultado de una determinación propia, naciente de que los postulados son analogías que recurren a sí mismas para revalorarse en medio de un resultado en si mismo universal. De tal forma que debo citar la Estructura Aristotélica para definir la Fusión de los Puntos que construí con este texto:

Punto Introductorio- Punto de Conflicto-{Fusión}-Punto de Construcción
y Definición= {Fusionismo}

1 comentario:

alejandroefe dijo...

Me parece un texto muy interesante. Completo y paradigmático.