POEMA REPARTIDO EN LA ALDEA BRASILERA=ENTRE RÍOS=ARGENTINA= 9 DE NOVIEMBRE DE 2008
ADAGIO CONFUNDIDO
A la medida de un largo llamado telefònico
parecido a esas cartas lejanas que se leen
sentados en la fuente ;
no confundamos la piedad con la fatiga,
ni las alas de batallas que sòlo germinan .
Alerten que hay jornadas de misterios posesivos
y compases de virtudes cuidadosas .
Segùn calculo,
a todos los sombreros se los traga el viento .
En el fondo del salòn
y arrinconado en la pianola del ” Bar Morgen”,
un marinero delirante= extraviado
hace un reposo con mùsicas presagiando encuentros.
Fue voraz el incencio.
Todo el puerto.
En mi retina los tanques del 84.
Porque el holgado paseo
era un agarra=malvones de formas=universo.
En un banco de la Plaza de España
liberè tu nombre,
tu mantel de abismos
donde saltan conmovidos
rojizos inmigrantes con palabras inconclusas.
Recuerdo que en el norte,
en una cava vieja yacìan los violines cautivos.
La credulidad de un dios
que activa los clamores de palomas.
Porque aquella mujer vende globos que cabalgan: corramos.
Entonces,
todos los dientes estàn apretados
y sòlo en la casa un par de angeles festivos
consagran la noche de los desesperados .
A la medida de un largo llamado telefònico
parecido a esas cartas lejanas que se leen
sentados en la fuente ;
no confundamos la piedad con la fatiga,
ni las alas de batallas que sòlo germinan .
Alerten que hay jornadas de misterios posesivos
y compases de virtudes cuidadosas .
Segùn calculo,
a todos los sombreros se los traga el viento .
En el fondo del salòn
y arrinconado en la pianola del ” Bar Morgen”,
un marinero delirante= extraviado
hace un reposo con mùsicas presagiando encuentros.
Fue voraz el incencio.
Todo el puerto.
En mi retina los tanques del 84.
Porque el holgado paseo
era un agarra=malvones de formas=universo.
En un banco de la Plaza de España
liberè tu nombre,
tu mantel de abismos
donde saltan conmovidos
rojizos inmigrantes con palabras inconclusas.
Recuerdo que en el norte,
en una cava vieja yacìan los violines cautivos.
La credulidad de un dios
que activa los clamores de palomas.
Porque aquella mujer vende globos que cabalgan: corramos.
Entonces,
todos los dientes estàn apretados
y sòlo en la casa un par de angeles festivos
consagran la noche de los desesperados .
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