Me enamoré del imán del universo
Me enamoré de su hambriento coño dorado
de aguas termales
Donde mis labios rozaban el anonimato
de aquella cereza tumefacta
Amaba un coño fuliginoso
su corcho dulce
de aquella boquilla vaginal
escurridiza, envenenada
Aquel desván de delicados vellos
aquel profundo ambiente de calurosa espuma
Como la uva: pequeña fresca
Mordisqueable como una oreja bañada en vino tinto
Me enamoré del dolor orgásmico
en la enredadera
de aquellas suaves caderas encallando
De aquellos tragos fértiles apaciguados
como droga del crepúsculo
de mis dedos
y mis glorias espermales
Suave cual brisa marcial
consecuente
Inhalaba el sudor expresivo
de su monte de Venus ardido y ágil
Con mi nariz
olí las estrellas
de sus celestes caprichos labiales
Me enamoré de aquel néctar de su falaz entrepierna
de sus tobillos como cadenas
de aquellos muslos comestibles, eternos
Celosos guardianes
de aquel imán del universo.
3 comentarios:
De Cuantas metáforas ardientes más, eres capaz?....Ojala la respuesta fuera: Infinitas..
Bárbara
No suelo dejar comentarios pero hoy y por que me lo pides dejaré éste. Cada vez que leo tus poemas son nuevas ventanas para mi propio progreso, además de ser un vehículo eficaz a la creatividad, la imaginación y la pasión, pocos transmiten sentmientos tan profundos o en éste caso tan humanos. Sabrás que en éstos días tengo la mente en otros lados, pero leer me hace volver e incluso irme otra vez. Gracias Arturo por ser una gran persona y sobre todo un poeta serpiente...
Saludos
María del Carmen
Este poema no es mío, es de Ian Soriano, pero en verdad es bueno. yo sólo puse un poema visual que se encuentra en la parte de arriba, besos señorita del desierto.
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